El Partido Comunista de España (marxista-leninista) en el inicio de la transición

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El PCE (m-l) nació en 1964 como una escisión del PCE formada por varios núcleos opuestos a la política de “reconciliación nacional” elaborada por el secretario general Santiago Carrillo. Los comunistas que rechazaban la “reconciliación nacional” y defendían la necesidad de la lucha armada para acabar con la dictadura fascista y hacer la revolución, se nutrieron de la pugna chino soviética en el seno del Movimiento Comunista Internacional.

El PCE (m-l) consideraba  la violencia revolucionaria  una necesidad ineludible y la lucha armada una seña de identidad del partido, sin que esto implicara que fuera la tarea prioritaria, y que, en cualquier caso, debía realizarse “ligada a las masas” [1].

La alternativa del nuevo partido comunista se basaba en una alianza nacional democrática y anti imperialista, inspirada en la revolución china, que se plasmó en 1973 en la creación del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP). En este frente dirigido por el PCE (m-l), se integraron distintas organizaciones sectoriales, entre ellas la Federación Universitaria Democrática Española (FUDE), la Federación de Estudiantes de Enseñanza Media (FEDEM), la OSO, la Unión Popular de Artistas (UPA) y  la Juventud Comunista de España (marxista-leninista) (JCE m-l)[2]. El programa político unificador defendía el derrocamiento de la dictadura, el establecimiento de la república,  el fin de la alianza militar con EEUU,  la nacionalización de las grandes empresas monopolísticas, la reforma agraria, la renuncia a las colonias y la reforma del Ejército, columna vertebral del franquismo[3].

Entre 1973 y 1975, el FRAP fue la organización de la izquierda radical más activa en Madrid, con una importante presencia en la universidad,  en institutos de enseñanza secundaria, y en algunos barrios obreros. Sobre la base de una una identidad política en la que primaban la oposición al “imperialismo yanqui” y el “antifascismo militante”[4], desde el frente dirigido por el PCE m-l se comenzó a desarrollar la respuesta violenta a la represión de la dictadura.  En la manifestación convocada por el FRAP el primero de mayo de 1973 en Madrid, los “grupos de autodefensa” hicieron frente a las cargas policiales con el resultado de un policía muerto y una veintena de heridos.

El Gobierno respondió con una oleada de detenciones, que debilitó tanto al FRAP como al PCE m-l, que acordó el salto a la lucha armada en 1975, año en que se realizaron tres atentados mortales contra miembros de las Fuerzas de Orden Público (FOP). Estas acciones,  obra de los Grupos de Combate del FRAP, fueron reivindicados directamente por el Frente, un hecho que contribuyó a la caracterización de esta organización como un grupo armado cuando en realidad se trataba de un frente de grupos sociales y políticos que respaldaba la lucha armada contra el régimen franquista.

La dictadura respondió a los atentados con detenciones y torturas de cientos de activistas. Tres de los militantes arrestados (Ramón García Sanz, José Luis Sánchez Bravo y Xosé Humberto Baena) fueron fusilados junto a dos miembros de ETA (Ángel Otaegi y Juan Paredes Manot “Txiki”) el 27 de septiembre de 1975,  tras ser condenados en un consejo de guerra sin garantías. Los últimos fusilamientos de la dictadura provocaron amplia protestas en Europa, mientras que en España, la negativa del PCE a implicarse en las movilizaciones, hizo que estas fueran reducidas.

Gonzalo W.


[1] DOMÍNGUEZ RAMA, Ana. “La violencia revolucionaria del FRAP durante el tardofranquismo”. En NAVAJAS ZUBELDIA, Carlos e ITURRIAGA BARCO, Diego (eds.) Novísima. Actas del II Congreso Internacional de Historia de Nuestro Tiempo. Logroño, Universidad de La Rioja, 2010, pp. 395-399.

[2] CASTRO MORAL, Lorenzo. “La izquierda radical y la tentación de las armas”. En  ROCA, José Manuel. El proyecto radical. Auge y declive de la izquierda revolucionaria en España (1964-1992). Madrid, Los libros de la catarata, 1994, p. 142.

[3] HERMIDA REVILLAS, Carlos. “La oposición revolucionaria al franquismo: el Partido Comunista de España (marxista-leninista) y el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota”.  Historia y comunicación social, 2. Servicio de Publicaciones Universidad Complutense, Madrid, 1997, p. 299

[4] Dos datos pueden dar una idea aproximada de la fuerza del FRAP. En 1975, las personas detenidas por pertenecer al FRAP, sólo en el País Valenciano, fueron más de 800. En el curso 74-75, la FUDE-FRAP era una de las principales organizaciones políticas en la Universidad Complutense de Madrid, junto al PCE y la Joven Guardia Roja-PTE VALDEVIRA GONZÁLEZ, Gregorio. El Movimiento Estudiantil en la crisis del franquismo: La Universidad Complutense (1973-1976). Tesis doctoral inédita, Universidad Complutense de Madrid, 1992, p.  642; GRUPO ADELVEC. FRAP, 27 de septiembre de 1975. Vanguardia Obrera, Madrid, 1985, p. 60.

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